Ningún producto
Estos precios son con IVA incluído
Concert per a dos pianos
La expresividad de la música de Soler se manifiesta en cada compás de la obra. La prioridad que el autor otorga al hecho expresivo se traduce en un gran número de indicaciones muy precisas para los intérpretes, desde el pianíssimo con cuatro p, hasta el fortíssimo con cuatro f, pasando por apuntes sobre el fraseo, y una persistente búsqueda de sonoridades y texturas muy concretas.
Recipiente :
* Campos obligatorios
total Cancelar
AC147
Nuevo producto
La expresividad de la música de Soler se manifiesta en cada compás de la obra. La prioridad que el autor otorga al hecho expresivo se traduce en un gran número de indicaciones muy precisas para los intérpretes, desde el pianíssimo con cuatro p, hasta el fortíssimo con cuatro f, pasando por apuntes sobre el fraseo, y una persistente búsqueda de sonoridades y texturas muy concretas.
Este producto ya no está disponible
Disponible el:
Época | S. XX |
Instrumentos | Piano Dúo |
Páginas | 32 |
Duración | 18 min |
Contenido | Partitura |
ISMN | 979-0-3502-0630-6 |
Edición | Papel |
El Concert per a dos pianos es una de las primeras grandes obras de Josep Soler. La obra, terminada en julio de 1961, ha sido revisada en diferentes ocasiones. La última es la que se publica aquí con fecha de octubre de 2007 e incluye una dedicatoria in memoriam a los dos pianistas que la estrenaron, amigos del autor y compañeros en la docencia durante muchos años. El tema de la muerte está muy presente a lo largo de la obra de Josep Soler (tanto en la musical como en la ensayística) y, aunque en este concierto no se hacía ninguna referencia a él, al revisar la obra y dedicarla al recuerdo de los amigos ausentes, la reflexión sobre el más allá ha tomado relevancia de nuevo.
La expresividad de la música de Soler se manifiesta en cada compás de la obra. La prioridad que el autor otorga al hecho expresivo se traduce en un gran número de indicaciones muy precisas para los intérpretes, desde el pianíssimo con cuatro p, hasta el fortíssimo con cuatro f, pasando por apuntes sobre el fraseo (incluyendo digitaciones), y una persistente búsqueda de sonoridades y texturas muy concretas. La obra reclama una profunda exigencia en el trabajo camerístico y una tal compenetración que requiere además del trabajo técnico también un posicionamiento común de ambos pianistas ante la obra. El hecho de utilizar dos pianos no responde en absoluto al modelo de solista y acompañante sino que es fruto de la necesidad de disponer de la superposición de las dos sonoridades al mismo nivel de discurso.
El primer movimiento se inicia en el registro grave de los dos instrumentos. Un subito fortíssimo coincide con el cambio de registro, (el primer piano accede a las notas más agudas) y un fragmento en poco più presto conduce a las cuatro efes hasta el final con una figuración en staccatto que ya ha aparecido con anterioridad. El segundo movimiento está escrito principalmente en forma de diálogo entre los dos instrumentos con episodios de gran interés, como en los trinados a cuatro manos, o en las figuraciones rítmicas yuxtapuestas. Un gran solo del primer piano contrasta con el final, donde tres nutridos acordes a tutti (en los que suenan hasta 14 notas a la vez) construyen una resonancia sobre la que se inicia el tercer movimiento. La parte final del Concierto contrasta con las dos partes anteriores por su escritura vertical y muy rítmica. En la parte central, mientras que el segundo piano insiste en el ritmo, el primero actúa de forma más libre con figuraciones arpegiadas. La obra finaliza con una gran pausa que abre paso a largos acordes conclusivos que se pierden en la nada.
David Puertas