Tonightingale

Jep Nuix colaboró por primera vez con el grupo Vol ad Libitum en un concierto en el patio de l’antiguo Hospital de la Santa Creu de Barcelona, en el marco del festival Grec ‘85. A partir de entonces y durante algunos años muy prolíficos, Jep Nuix formó parte del conjunto instrumental como flautista y compositor, aportando interesantes criterios interpretativos y musicales que en general contribuyeron en gran manera a la profesionalización del grupo. Las obras contaban siempre con medios electroacústicos, criterio que Jep defendía por motivos intrínsecos a su concepción de la música y que sin duda estaban muy influenciados por el maestro Gabriel Brncic i por su tarea en el Laboratorio Phonos.

En aquella época seguíamos una línea de trabajo en la que intérpretes y compositores realizábamos una trabajo conjunto: entre otras cosas, le intérprete aportaba sus conocimientos durante los ensayos y el compositor expresaba sus criterios y transmitía su planteamiento de la obra. De este modo también eran posibles las reflexiones posteriores que ocasionalmente podían traducirse en modificaciones de la partitura.

Después de un cierto número de programas de concierto, y por un proceso que consideramos natural, el conjunto decidió ampliar el repertorio hacia otros compositores del país y extranjeros. Siguiendo la línea que había llevado el grupo, formarían parte de Vol ad Libitum, en sucesivas etapas, el compositor y violista Gabriel Brncic y el pianista y también compositor David Padrós. Paralelamente a este proceso, Nuix se volcó al cien por cien en su obra, circunstancia que marcaría un nuevo impulso a su propio trabajo, relegando a un segundo término su faceta como intérprete, aunque nunca la abandonó como queda demostrado con los estrenos posteriores de sus obras.

Después de dejar Vol ad libitum, se siguieron produciendo colaboraciones como Tonightingale, incluida en el programa “Nit”, que el grupo estrenó en la Sala Beckett de Barcelona en 1994.

En la obra Tonightingale están plasmadas las constantes de Jep, por la austeridad de los materiales utilizados, por la claridad y la concisión, que ya están presentes desde sus primeras obras.

Jordi Rossinyol