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Suite de Tamanrasset
Fue compuesta en 1978 tras una estancia en Argelia y el desierto del Sahara, Tamanrasset. La estrenó en el año 2006 el guitarrista australiano René Mora. La Suite de Tamanrasset se estructura en cuatro movimientos en los que prima la libertad y la sensación de improvisación, al tiempo que se exploran los diferentes recursos de la guitarra.
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AC313
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Fue compuesta en 1978 tras una estancia en Argelia y el desierto del Sahara, Tamanrasset. La estrenó en el año 2006 el guitarrista australiano René Mora. La Suite de Tamanrasset se estructura en cuatro movimientos en los que prima la libertad y la sensación de improvisación, al tiempo que se exploran los diferentes recursos de la guitarra.
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Disponible el:
Época | Siglo XX |
Instrumentos | Guitarra |
Páginas | 16 |
Duración | 11 min |
Contenido | Partitura |
ISMN | 979-0-3502-0469-2 |
Edición | Papel |
Fue compuesta en 1978 tras una estancia en Argelia y el desierto del Sahara -por motivos laborales: recordemos que Anna Bofill es arquitectaen la que la autora visitó la capital de los tuareg, Tamanrasset, situada en un oasis a más de 1.000 metros de altura y lugar de encuentro de este ancestral pueblo nómada. La obra fue editada por Clivis Publicacions el año 1992 y consta como estreno oficial la interpretación que hizo en Getxo (Bilbao) el año 2006 el guitarrista australiano René Mora.
La Suite de Tamanrasset se estructura en cuatro movimientos en los que prima la libertad y la sensación de improvisación, al tiempo que se exploran los diferentes recursos de la guitarra, un instrumento que la autora conoce bien y que ha utilizado en más de una docena de composiciones. El primer movimiento presenta una fórmula rítmica, con intervalos anchos, que se va repitiendo constantemente y adquiriendo velocidad hasta llegar a un clímax tras el cual llega el reposo. El segundo movimiento remite a la sonoridad de los instrumentos rítmicos propios de la cultura saharaui, con unas propuestas rítmicas, melódicas y tímbricas de gran efecto. El tercer movimiento presenta una escritura más atrevida, con notación específica y recursos innovadores. Finalmente, el cuarto movimiento, en un ambiente de contemplación como si se quisiera dejar pasar el tiempo, se basa en los glissandi empleados en los diferentes registros de la guitarra.
David Puertas