Suite per a flauta i orquestra de corda

Esta no es una obra para lucimiento del solista, sino una obra donde la flauta forma parte del conjunto instrumental como una voz más, sin destacar de manera premeditada. El autor siempre cita esta obra como Suite para orquestra de cuerda y flauta, destacando de este modo que el instrumento de viento solo destaca de una forma natural, en la que cada una de las intervenciones responde a criterios estrictamente musicales. La obra se estructura en cinco movimientos, y de ellos, el cuarto incluso prescinde de la flauta. La inspiración general de la obra responde a la música tradicional, aunque en ningún momento se cite tema popular alguno. Se trata de un paseo (una suite) por diferentes aires o ambientes llenos de buen gusto que se inicia con un delicado pero también rítmico preludio, que anuncia desde su inicio los dos elementos principales por donde se moverá toda la Suite. Sigue luego una suave canción donde la flauta expone el tema una sola vez, tema que es recogido por la orquesta hasta enlazar con un intermedio que hace las veces de scherzo: dinámico, juguetón y con un final lleno de buen humor. El cuarto movimiento es una danza que mezcla de forma fluida ritmos binarios y ternarios, enlazando en un pianissimo con el movimiento final, una marcha solemne, con un fragmento en staccatto de gran efecto, que preludia la fuga final donde el autor demuestra su gran dominio del género. La obra, que según dice el autor “es un divertimento de juventud que surgió sin ánimo de trascendencia” fue compuesta en Barcelona en 1953.

David Puertas