Estampes simfòniques

Joaquim Serra dedicó parte de sus habilidades como compositor a la música de raíz tradicional y popular. No sobresalió únicamente en la composición de música catalana original sinó que han sido también reconocidas ampliamente las instrumentaciones de melodías de su tierra. El díptico Estampas sinfónicas no sería pues una obra singular en su producción si no fuera porque la música que inspira la partitura en esta ocasión no es la música tradicional catalana sinó la música andaluza.
Esta obra, compuesta en 1954, es la última incursión del autor en el ámbito de la orquesta sinfónica. Surgió de un encargo de su gran amigo Rafael Ferrer, concertino de la Orquesta Municipal de Barcelona y director de la Orquesta Sinfónica de Barcelona.
Precisamente con esta última formación Rafael Ferrer dirigió la grabación de un disco de música andaluza que motivó un encargo a Joaquim Serra que se concretó en esta obra titulada Estampas sinfónicas que consta de dos partes: Danza Gitana y Fiesta Andaluza. El disco, titulado Piezas andaluzas, editado por Vergara, se completaba con música de marcado espíritu andaluz, con obras firmadas por diferentes autores como Chueca, Sainz de la Maza o el mismo Ferrer.
La obra de Joaquim Serra es pues circunstancial y ni siquiera fue incluida en el catálogo de sus obras. Aún así está presente su relevante aptitud como instrumentador, y en la brillantez de estas páginas andalucistas se respira también un cierto toque mediterráneo. El segundo movimiento se estructura entorno a un aire de nocturno, mientras que el primero contiene en la parte central un ritmo de habanera. Esta primera parte de la obra apareció en el disco como variaciones sobre El Garrotín en referencia al tema que lo inspira, una canción popular de origen gitano.

David Puertas