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Facècia
La obra Facècia responde al carácter humorístico y desenfadado que anuncia (es, pues, una diversión) pero en su interior hay un trabajo muy elaborado basado en la variación y en el contrapunto. El tema de origen catalán es tratado en diez ocasiones con los recursos clásicos de la variación: ampliación, disminución, retrogradación, inversión, glosa, etcétera.
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DE368
La obra Facècia responde al carácter humorístico y desenfadado que anuncia (es, pues, una diversión) pero en su interior hay un trabajo muy elaborado basado en la variación y en el contrapunto. El tema de origen catalán es tratado en diez ocasiones con los recursos clásicos de la variación: ampliación, disminución, retrogradación, inversión, glosa, etcétera.
Disponible el:
Época | s. XX |
Subtítulos / Partes | Variacions calidoscòpiques |
Instrumentos | 3*3*3*3*-4331-2timp.4perc.harp.cel.-str. |
Páginas | 80 |
Duración | 15 min |
Contenido | partitura |
ISMN | 979-0-3502-0603-0 |
Observaciones | Las partes están disponibles en régimen de alquiler. Contacte con el editor (info@clivis.cat). |
Precio edición impresa | 36,40€ |
Orquestas | si |
Edición | Digital |
Esta obra para gran orquestra sinfónica es, posiblemente, la más laboriosa de Ricard Lamote de Grignon por las normas técnicas que él mismo es impuso. A pesar de que al escucharla, la obra se ajusta perfectamente al título (se trata de unas variaciones alegres i juguetonas sobre un tema popular), el trabajo del compositor es minucioso y perfeccionista. La obra responde al carácter humorístico y desenfadado que anuncia (es, pues, una diversión) pero en su interior hay un trabajo muy elaborado basado en la variación y en el contrapunto. El tema de origen catalán es tratado en diez ocasiones con los recursos clásicos de la variación: ampliación, disminución, retrogradación, inversión, glosa, etcétera. Pero, a la vez, Lamote de Grignon se autoimpuso el juego del calidoscopio, o sea, conservando el tema principal y observándolo a través de un juego de espejos de forma que, cada vez que aparece el tema, va acompañado de alguna de sus transformaciones. La obra da protagonismo a las diferentes secciones de la orquesta y otorga importantes intervenciones al arpa y a la celesta, cosa que amplía el particular color orquestal de la partitura.
Si no perdemos de vista el sentido humorístico de esta música, descubriremos otro elemento lúdico que se encuentra al inicio de la obra interpretado por un coral de metales que tocan las notas Fa, La, Do, Mi, Do sostenido y La que, en alfabeto musical internacional, corresponden a las letras del título de la obra F, A, C, E, CI(s), A. Este mismo tema aparece al final, justo antes del último acorde, interpretado por las cuatro trompas al unisono, pero justo antes de esta intervención, la sección de cuerda interpreta —también al unisono— las notas Fa sostenido, Re y Mi (Fi DE) que significa Fin de; por lo que la obra concluye anunciando su propio final: Fi de Facècia. Una brillante expresión de buen humor para componer buena música.
La obra quedó finalizada, después de varios años de dedicación, el 15 de julio de 1936 y hay constancia de una interpretación el 12 de junio de 1938 en el Palau de la Música Catalana a cargo de la Orquesta Nacional de Conciertos bajo la dirección del autor. Aquel año, Facècia fue galardonada con el Premio Juli Garreta.
David Puertas