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Signe d'anells
Signe d’anells (2007) responde plenamente al particular lenguaje de Mestres Quadreny y a las técnicas compositvas a las que ha sido fiel a lo largo de su vida. Los elementos aleatorios sustentan su discurso, pero no son los únicos...
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DAC336
Signe d’anells (2007) responde plenamente al particular lenguaje de Mestres Quadreny y a las técnicas compositvas a las que ha sido fiel a lo largo de su vida. Los elementos aleatorios sustentan su discurso, pero no son los únicos...
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Disponible el:
Época | Siglo XX |
Instrumentos | Piano |
Páginas | 18 |
Duración | 13 min |
Contenido | Partitura |
ISMN | 979-0-3502-0606-1 |
Precio edición impresa | 13€ |
Edición | Digital |
Signe d’anells (2007) responde plenamente al particular lenguaje de Mestres Quadreny y a las técnicas compositvas a las que ha sido fiel a lo largo de su vida. Los elementos aleatorios sustentan su discurso (la obra se inicia con una secuencia en la mano derecha que, al cerrar, se interpreta en espejo, al rovescio) pero no son los únicos: también hay presencia de los obstinados (donde el ritmo, la textura y la dinámica son los elementos principales) y fragmentos que son fruto de la aplicación de las técnicas de azar y de probabilidades tan usadas por el autor. La expresividad de la obra es abierta: el intérprete debe poner de su parte, pero sin duda el oidor también para completar el significado poético que sugiere la música. A pesar de que Mestres Quadreny siempre ha dudado de la música como herramienta para explicar nada concreto, la ha defendido como una manera poética de expresarse que no condiciona ni el intérprete ni el público.
Desde el punto de vista formal la obra tiene cuatro partes enlazadas, en la primera destaca la secuencia que se ha mencionado y la doble escala que cierra la sección, ascendente en la mano derecha y descendiente en la izquierda hasta acabar en dos notas Do distanciadas en seis octavas. La segunda parte se basa en la variación rítmica y dinámica de una única nota. La tercera parte se edifica sobre un continuo de corcheas al ictus de cada compás que van pasando de una mano a la otra mientras son acompañadas por figuraciones rítmicas recuperadas de la primera sección. Finalmente, la cuarta parte está formada por arpegios rápidos y de gran anchura que se combinan con líneas sonoras formadas sobre una sola nota (recurso completamente opuesto al arpegio ancho) que conducen hacia el final de la obra.
David Puertas