Suite Catalana

La Suite Catalana fue compuesta en 1960 y la forman un Preludio, que evoca motivos populares, y cinco danzas típicas de distintas localidades de Catalunya.
Aunque toda la Suite podría interpretarse coreográficamente, la estructura de cada danza difiere de la forma original del baile popular, dado que se han omitido repeticiones y en algún caso se ha alterado ligeramente el tempo. De hecho se trata de una armonización en la cual se intenta conservar, con toda su esencia y simplicidad, el espíritu de la música popular catalana.
El conocimiento de Taverna-Bech del folklore y su amor por el estilo bartokiano han permitido al autor expresar con el piano toda la riqueza de esta música ancestral, sin concesiones. Debemos remarcar la rudeza de los obstinatos, el ritmo lento del baile candencioso, la belleza expresiva de las melodías así como las constantes acciacaturas.
Dichas piezas cuentan, también, con un alto componente didáctico asimilable a los programas de grado medio de piano, con varias dificultades técnicas que incluyen fórmulas pianísticas elaboradas, como cruces de manos, acordes arpegiados, escritura en tres pentagramas, etc. que el alumno superará progresivamente.