Harmonices Mundi - Vol. 5

Hace más de 30 años el compositor Josep Soler empezó un proyecto de gigantes dimensiones con la fuga como protagonista. La reflexión en torno a esta forma musical, tan utilizada durante el Renacimiento i el Barroco, impregna los más de 50 números de que consta Harmonices Mundi. El proyecto global de Harmonices Mundi consta de 6 volúmenes, y cada uno de ellos está integrado por diferentes piezas para teclado (piano u órgano) con una duración total que supera las 6 horas de música. Clivis Publicacions ya editó en el año 1986 el primer álbum de Harmonices Mundi para piano (Ref. AC032), y ahora reemprende la edición de esta magna obra, con la edición del volumen V, que consta de 12 piezas de las cuales solo aparecen las seis primeras.
Al igual que en el caso del Arte de la Fuga de Johann Sebastian Bach, Harmonices Mundi de Soler no es un tratado teórico sobre la fuga que quedará sobre el papel solo para estudiosos, sino que es una profunda investigación con la única finalidad de hacerla sonar, una obra escrita con ánimo de ser interpretada. En su libro Fuga, Técnica e historia, Soler analiza profundamente esta forma musical y asegura que no puede quedar constreñida en el marco de la tonalidad sino que puede existir perfectamente en el espacio del dodecafonismo bajo lo que él titula “la iluminación de una atonalidad instintiva”. Harmonices Mundi trata la fuga en sus más diversas posibilidades, a menudo de forma aislada, aunque también con preludios, asociada a danzas o bien en una partita. En este volúmen las primeras cinco fugas se muestran directamente, a tres o cuatro voces, y solamente en el último número encontramos la fuga con un preludio.
El título de la obra, Harmonices Mundi, proviene del tratado de astronomía del científico Johannes Kepler, publicado en 1619, donde se defendía la tesis, que ya había sido tratada por Pitágoras y Platón, en la que cada planeta emite un sonido de modo que la música de les esferas es posible. En todo caso, Kepler quería reconsiderar aquel viejo tema de la música celestial con ojos modernos de la matemática y la física del siglo XVII. No queda muy lejos de este espíritu la intención de Soler cuando trata de nuevo la fuga, una forma musical con más de 400 años de historia.

David Puertas