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Suites para violonchelo 1-2-3
La genealogía de esta partitura se remonta a unos cinco movimientos para violonchelo solo escritos a mediados de 2013, a los que, a finales de ese mismo año, se añaden otros movimientos que se convertirán en la segunda suite. Soler tardaría un poco más en escribir la tercera, lo que le confiere una cierta independencia de las dos anteriores.
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DE774
La genealogía de esta partitura se remonta a unos cinco movimientos para violonchelo solo escritos a mediados de 2013, a los que, a finales de ese mismo año, se añaden otros movimientos que se convertirán en la segunda suite. Soler tardaría un poco más en escribir la tercera, lo que le confiere una cierta independencia de las dos anteriores.
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Disponible el:
Época | Siglo XXI |
Instrumentos | Violonchelo |
Páginas | 32 |
Contenido | Partitura |
ISMN | 979-0-3502-1068-6 |
Edición | Digital |
Estas tres suitespara violonchelo forman una unidad provisional, puesto que con toda probabilidad se amplíen con alguna más. Si bien el gran paradigma histórico son las seis suites para violonchelo solo de Bach, si las enmarcamos específicamente en la producción de Soler, trascienden el género y nos revelan un interés particular por el color del instrumento. Una presencia que se acentúa en el catálogo del compositor en los últimos años, más allá de un tratamiento solista destacado del violonchelo de obras anteriores, como sucede, por ejemplo, en el primer movimiento de su Cuarteto de cuerdas nº 3 (1984) o en ciertos momentos de su ópera/oratorio Jesús de Nazaret (1974-2013). Después de su extensa producción para órgano y para piano desde los años cincuenta, además del clarinete, el instrumento para el que Soler ha escrito más es el violonchelo. Esto se materializa en su Escena amb cranis (1994) y sus más recientes Tres piezas para violonchelo solo (2003), Homenatge a Felip Pedrell (2007) y ...una última mirada... (2009).
La genealogía de esta partitura se remonta a unos cinco movimientos para violonchelo solo escritos a mediados de 2013, a los que, a finales de ese mismo año, se añaden otros movimientos que se convertirán en la segunda suite. Soler tardaría un poco más en escribir la tercera, lo que le confiere una cierta independencia de las dos anteriores.
Los pasajes meditativos predominan en la primera suite que, tras la fuga ‑agonizante en un expresivo glissando‑ desemboca en un quinto movimiento cuyo punto culminante es una suave secuencia de armónicos sul tasto. Esta composición contrasta con un último pasaje ritardando acabado en un tritono, figura predominante en el material sonoro del compositor. La segunda suite presenta un motivo en los tresillos que se irá transformando en los siguientes movimientos con pequeñas modificaciones, casi como en una variante mahleriana. La tercera y última suite recoge elementos de las dos anteriores, trasladándolos a una atmósfera distinta, agresiva en ocasiones, que vuelve a confluir en un enigmático intervalo de tritono como en la segunda suite, pero ahora de forma melódica.